jueves, 24 de enero de 2008

He vuelto a creer...

He vuelto a creer en cuentos de dragones y princesas. ¿Qué ingenuo no? Si eso no ha existido jamás... ¿Seguro? Las princesas estoy seguro de que existen, por lo menos yo he conocido a una. Y los dragones... de acuerdo. Los dragones no existen. Pero un dragón no es más que una metáfora. Una metáfora que representa algún inconveniente entre un príncipe y su princesa. En este caso mi dragón es la distancia. Un dragón tan feroz y voraz como el de los peores cuentos. Capaz de destrozar la relación entre un príncipe y su princesa con una llamarada de su odio. Pero yo, aprendí de mi padre a ser valiente ante las adversidades. Puedo tener muchas fobias, pero soy capaz de morir por salvar a mi princesa. Lucharé con mi espada contra ese dragón y venceré. ¡Estoy seguro! O moriré en el intento. Pero he vuelto a creer, y eso me llena de felicidad. Quiero ser ese príncipe valiente que escale las 5 alturas del castillo de mi princesa, para ver mi sonrisa reflejada en esos ojos claros como el día. Esos ojos de un color tan especial que hechizan al primero que los ve. Esos ojos que me hechizaron en su día. Esos ojos que no puedo olvidar...

Porque hace ya tiempo que no puedo ni mirarme en los espejos, porque esos ojos robaron mi reflejo, y sin ellos ya no tengo forma. Necesito volver a ver a mi princesa para convertirme de nuevo en príncipe. ¡Lo necesito!

Sk - Pequeño príncipe valiente

No hay comentarios: